La existencia de carbonos asimétricos determina una importante propiedad de los monosacáridos en disolución: la actividad óptica. Ésta es la capacidad para desviar el plano de polarización de un haz de luz polarizada que atraviesa la disolución.
Según la teoría ondulatoria, la luz es una onda electromagnética que se propaga gracias a la oscilación de un campo eléctrico asociado a un campo magnético. La luz del Sol o de una bombilla no está polarizada pues su vibración se produce en todas las direcciones del espacio. Sin embargo, si filtramos esta luz a través de un polarizador obtenemos un haz de luz polarizada, que se caracteriza por vibrar en una única dirección. Cuando un haz de luz polarizada atraviesa una disolución ópticamente activa se observa que se desvía un determinado ángulo, que denominamos rotación.
- Cuando la rotación se produce en el sentido de las agujas del reloj, la molécula se denomina dextrógira y se designa como (+)
- Cuando la rotación se produce en el sentido contrario al de las agujas del reloj, se denomina levógiros y se designa como (–)
No debemos cometer el error de identificar la actividad óptica dextrógira o levógira con su estereoisomería D o L, pues son independientes. Un monosacárido en su forma D puede ser dextrógiro (como la D-glucosa) o levógiro (como la D-fructosa).
Polarímetro
El instrumento empleado para la medir la actividad óptica de una disolución es el polarímetro:
Su fácil manejo permite su uso en la caracterización de compuestos ópticamente activos. Incluso permite identificar enantiómeros, pues se comprueba que de cada par de enantiómeros, uno es levógiro y otro es dextrógiro (la rotación es la misma en ambos, pero lo hacen en direcciones opuestas).