En muchas ocasiones nos encontramos con números que son, o bien, realmente pequeños, o bien, excesivamente grandes. Por ejemplo, el núcleo del átomo de hidrógeno tiene un radio del orden de 0’000 000 000 000 001 m, mientras que la velocidad de la luz en el vacío, en unidades del Sistema Internacional, es aproximadamente 300 000 000 m/s. El manejo de estas cantidades conduce habitualmente a la confusión, por lo que resulta tremendamente práctico el uso de la notación científica a la hora de expresar números de estas características.
La notación científica consiste en expresar una magnitud determinada con un número decimal de una sola cifra entera, la de las unidades, y una potencia de base diez con exponente positivo o negativo.
Así, el radio del núcleo del hidrógeno sería:
0’000 000 000 000 001 m = 10–15 m
Y la velocidad de la luz en el vacío se escribiría:
300 000 000 m/s = 3·108 m/s
¡Presta atención! En muchas calculadoras, para utilizar la notación científica, se emplea la tecla [EXP], que equivale a «multiplicar por diez elevado a…», por lo que tras pulsarla solo es necesario introducir el exponente correspondiente.
Algunas de estas potencias de diez tienen asignadas un símbolo y un nombre específicos, que acompañan, respectivamente, al símbolo y al nombre de la unidad correspondiente, dando lugar a los múltiplos y los submúltiplos:
- Los múltiplos indican que la unidad queda multiplicada por una potencia de diez con exponente positivo.
- Los submúltiplos indican que la unidad queda multiplicada por una potencia de diez con exponente negativo.
Los múltiplos y submúltiplos aceptados por el Sistema Internacional son los que aparecen en la siguiente tabla: